19/11/09

Naguib Mahfuz: Premio Nobel de Literatura, 1988



Naguib Mahfuz nació en El Cairo el 11 de diciembre de 1911, en el popular distrito de Gamaliyya. Hijo de un funcionario, se dedicó desde joven a las letras, especializándose en las tradiciones y la filosofía Occidental, Oriental y Árabe. Además de novelista, fue periodista, militante del Wafd, el gran partido nacionalista anti-británico, funcionario en diversos organismos de la administración de su país, director del departamento técnico del Instituto de Artes y presidente del Instituto Nacional de Cine. A lo largo de su obra ha presentado a la ciudad de El Cairo como si fuera un mundo. Su obra incluye 33 novelas, algunas de ellas llevadas al cine, así como catorce recopilaciones de cuentos y múltiples colaboraciones en la prensa.

Su mayor éxito vendría del exterior y le haría mundialmente famoso: recibió en Premio Nobel de Literatura en el año 1988 reconociendo su trayectoria como poeta, novelista y periodista. Este acontecimiento confirmaría su importancia en la literatura árabe y más tarde la Academia Sueca reconocería la valía de su Triología de El Cairo calificándola como «una demostración del arte árabe, el cual posee validez universal». Es considerado por la crítica el mayor cronista del Egipto moderno. Sin embargo, el reconocimiento de su narrativa en el exterior vendría después de haber sido reconocido en el mundo árabe como uno de los mejores literatos árabes con el Premio Nacional de las Letras Egipcias en 1972 y el Collar de la República.


La situación política de su país no favoreció al autor que fue atacado en 1994 por un grupo de extremistas islámicos que consideraban su obra como una blasfemia contra la religión musulmana y los valores culturales y sociales más tradicionales árabes. Su salud fue empeorando puesto que la agresión le dejó secuelas en vista y oídos así como la parálisis del brazo derecho que le impidió seguir escribiendo con normalidad. En 1996 fue catalogado por grupos radicales islámicos como «hereje» y sentenciado a muerte. Desde entonces se mantuvo prácticamente recluido en su casa, con salidas esporádicas y bajo protección policial. No obstante, Mahfuz mantuvo, dentro de sus posibilidades, una vida literaria activa, participando en reuniones en centros literarios de El Cairo y publicando cada jueves una columna en forma de entrevista en el semanario Al-Ahram Weekly en la que solía abordar asuntos de actualidad política y social.
Mahmud Darwich: "En la muerte de Naguib Mahfuz" - http://mahmuddarwix.blogspot.com/2009/07/en-la-muerte-de-naguib-mahfuz.html
Mercedes del Amo: "Naguib Mahfuz: del realismo al simbolismo" - http://www.estudiosarabes.org/files/Del%20Amo_Realismo.pdf
Lista de obras de Naguib Mahfuz - http://www.lecturalia.com/autor/1139/naguib-mahfuz

3 comentarios:

  1. Es una pena que no sea exclusivo de Mahfuz el ser objetivo de críticas por parte de grupos radicales, es un hecho bastante común para los autores árabes. Mahfuz, sin duda, es un autor que sabe reflejar la realidad de un país, de una ciudad, de un barrio y hasta de un patio de vecinos. Sus obras son muy representativas de la sociedad cairota.

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  2. Incluí esta entrada por un lado por ser Naguib Mahfuz uno de los grandes literatos árabes que, cómo ha explicado Patricia, describe a la perfección la realidad cairota. Por otro lado, es una manera de ver la escasa proyección que la literatura árabe ha tenido en Occidente al ser éste el único autor que ha conseguido el reconocido premio internacional. Egipto y el mundo árabe están llenos de autores que deberían traducirse bien y cuya obra debería proyectarse, que no comercializarse. El auge y la moda del mundo árabe ha provocado que poco a poco se vayan conociendo algunos autores árabes, pero todavía queda mucho por hacer.

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  3. Recién acabado "Hijos de nuestro barrio", no puedo por menos que afirmar la "enormidad" de la que es una de las obras más conocidas de Mahfuz. Creo que es el mejor calificativo para reconocer su capacidad para cubrir una amplia franja temporal, una inmensa cantidad de personajes y, sobre todo, para plantear cuestiones verdaderamente universales sobre el ser humano desde la aparente modestia de un barrio de El Cairo.

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