21/11/09

Yemen hasta el fin de la I Guerra Mundial


Yemen, el "Arabia Felix" de la antiguedad,ya es mencionado por el geógrafo griego Claudio Ptolomeo, quien se refirió a Yemen en sus textos como Eudaimon Arabia.A lo largo de las rutas comerciales varios estados florecieron y sucesivamente entraron en decadencia.Entre el siglo XII a. C. y el siglo VI d.C., la zona fue dominada por tres civilizaciones sucesivas, que controlaron el lucrativo tráfico de especias: los mineos, los sabeos y los himyaritas.
Los mineos perduraron hasta el año 650 a.c. dando paso al más poderoso de los tres imperios, el de Saba,que perduró unos catorce siglos desde el año 1000 a.C., y basó su enorme riqueza agrícola en el famoso dique de Ma'rib. Cuando en el siglo I d.C., griegos y romanos descubrieron que desde este territorio se podía llegar a India por mar, los puertos yemeníes se enriquecieron, eclipsando las poblaciones que habían crecido al amparo de las rutas comerciales terrestres. En el año 395, el emperador romano Teodosio implantó el cristianismo como nueva religión de estado, finalizando así la demanda de incienso, y llevó al reino de Saba a un declive irreversible. En 575, los persas conquistaron estas tierras y se convirtieron en señores absolutos de la zona.
El reino de Saba, cuya capital se cree que fue Ma'rib, alcanzó un gran poderío por su situación estratégica, entre la India y el Mediterráneo, lo que le permitió monopolizar el tráfico de especias. Según el Antiguo Testamento, Salomón, Rey de Israel, recibió en el siglo X a. C. la visita de la opulenta Reina de Saba; el esplendor de su séquito puede ser un eco de la fascinación que las riquezas del reino sabeo produjeron en la época. Hacia el siglo VIII a. C. fue construido un dique de grandes dimensiones, del que aún existen vestigios, para mejorar los regadíos. Parece ser que estuvo en funcionamiento hasta el año 570 d. C., es decir, durante más de un milenio. Todavía pueden verse los restos de un gran templo en Ma'rib, que permaneció en pie durante casi catorce siglos.
A partir del siglo III d. C., el reino de Saba pasa a ser dominado por una nueva dinastía, la himyarita, por lo que en adelante se habla del Reino de Himyar. La capital del nuevo reino fue trasladada en el siglo V a Dhafar (ahora un pequeño pueblo, en la región de Ibb). También comerciantes, los himyaritas fueron sin embargo culturalmente inferiores a los sabeos. Compartieron alternamente el control del estrecho Bab al Mandab, y por lo tanto del comercio marítimo a través del Mar Rojo, con el Imperio Abisínico de Saba del lado Africano.Dhu Nuwas, Rey de Himyar, adoptó el judaísmo como religión del estado, y persiguió a los cristianos, lo que ocasionó una guerra con el cristiano reino de Aksum, en la actual Etiopía. Himyar fue invadido y conquistado por Aksum en el año 533. Cuarenta años después (572), el reino fue anexionado por la Persia sasánida.
El Islam llegó a Yemen alrededor del año 630, en vida del profeta Mahoma. Tras la conversión del gobernador persa, Badhan, muchos de los jeques y sus tribus abrazaron también el Islam. A partir de entonces, Yemen pasó a formar parte del califato árabe, de los que no era más que una provincia remota. Durante el siglo VIII, gobernando en Bagdad la dinastía abásida, comienzan a aparecer en Yemen pequeños estados independientes de facto. En la zona costera comienza en el año 819 el dominio de la dinastía zayidita o zayidí, de obediencia chiíta, la cual estableció una estructura política teocrática que, con diferentes vicisitudes, ha durado hasta nuestros días. En 1021 los zayiditas son reemplazados por otra dinastía local, los banu Nagagh; y en 1159 estos últimos son a su vez sustituidos por los mahditas.
Los califas sunníes de Egipto ocuparon gran parte del norte de Yemen durante el siglo XI, pero el poder local fue ejercido por dinastías yemeníes. En 1173 los ayyubitas egipcios conquistan todo el territorio de Yemen, pero su poder se debilita hacia 1250, con la aparición de nuevos estados locales, regidos por dinastías como la rassulita (hasta 1442) y la tahirita (hasta 1516). A finales del siglo XV hacen su aparición los portugueses, que envían varias expediciones para anexarse el estrecho de Bab-el-Mandeb y hacerse así con el control del tráfico de especias. En 1517 logran finalmente apoderarse de Adén, que seguirá en su poder hasta 1538. En 1517 la mayor parte del territorio de Yemen se convirtió nominalmente en parte del Imperio Otomano, aunque el poder real siguió en manos de los imames zayiditas. En 1538 el sultán otomano Solimán el Magnífico arrebató el puerto de Adén a los portugueses.
En 1635, los zaidíes expulsaron a los turcos, pero en 1839 los británicos ocuparon Adén y lo convirtieron en protectorado, extendiendo posteriormente su dominio hacia el Sur. Los otomanos regresaron en 1849, y conquistaron el noroeste de la nación. Los jeques locales se negaron a doblegarse ante la autoridad extranjera, y después de varias décadas de insurrección, los turcos, cuyo imperio se desintegró después de la I Guerra Mundial, dejaron el país en manos de un nuevo rey, el imán Yahya,aunque los británicos mantuvieron su protectorado.

2 comentarios:

  1. En la historia del Yemen es curioso que encontramos uno de los escasos ejemplos de reinas a título propio en el mundo árabe (siempre se había acusado de ser los árabes menos proclives al poder femenino que otros pueblos musulmanes, mostrándose aquí como todo lo contrario).
    Estas, fueron dos, no solamente fueron reinas a título propio, sino que además la una fue la sucesora de la otra. La importancia de la misma, es que la Jutba se hacía en su honor y en el de sus maridos, eclipsando a éstos. Ambas pertenecían a la dinastía sulayhi, y sus nombres fueron Asma y Arwa. La segunda fue nuera de la primera.
    Para más información la podeis encontrar en la obra de Fatema Mernissi "Las sultanas olvidadas"

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  2. Tienes toda la razón, es una paradoja que justo en esta sociedad se dé el hecho de, no un reinado, sino dos, en los que el poder recae sobre mujeres. Y no hay que olvidar que su legado aún se conserva y ha transcendido como un reinado legendario.

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