2/12/09

La situación del arte contemporáneo en Sudán

La situación política del país ha hecho que muchos de los artistas sudaneses vivan en el exterior. La mayoría se ha formado en las instituciones de arte de Jartum, sobre todo en la Escuela de Bellas Artes y Arte Aplicado, y después las guerras civiles han hecho que decidan salir del país.

La aproximación occidental al arte contemporáneo sudanés se topa de frente con problemas básicos, a saber, de un lado la complejidad del país que lo fragmenta en más de 500 grupos étnicos y lingüísticos, con la consiguiente complejidad respecto a lugares, tiempos y personas y por otro, el poco adecuado enfoque que los estudios de arte africano tienen respecto a Sudán y el mundo árabe en general, quedando muchas veces reducido el arte local a temas de caligrafía o de decoración africana.

Sin embargo y a pesar de todas las dificultades propias del contexto sudanés, la Escuela de Bellas Artes y Arte Aplicado de Jartum ha mantenido una extraordinaria actividad. Está dividida en 8 departamentos y alberga alrededor de 400 estudiantes, de los cuales el 80% son hombres.
Las materias principales son dibujo e historia del arte, pero las especialidades van desde la caligrafía hasta cursos más vocacionales como la cerámica, el diseño industrial o maestro de arte.

La Escuela de Bellas Artes y Arte Aplicado ha cumplido en 2006 su sexagésimo aniversario y en todo este tiempo, ha tenido tres fases diferenciadas: la influencia colonial, sobre todo en los años 30, después el interés por fijar una identidad artística sudanesa, hasta mediados los 60 y finalmente una etapa de dificultades manteniendo la idea de la anterior, durante los conflictos armados sufridos por el país.

La idea de una educación bajo estándares occidentales, no tuvo su desarrollo en Sudán de forma masiva, como en otros países como Senegal, sino que dio sus primeros pasos en el periodo colonial, desarrollándose lenta y popularmente. Las primeras clases sobre arte, comenzaron en los primeros años de secundaria en el Gordon Memorial College, fundado en 1902 y antecesor de la futura Universidad de Jartum.
En 1934, para acercarse al estándar educativo en materia de arte del colonizador británico, se introdujeron el departamento de diseño para arte aplicado, con un esfuerzo especial en adaptar las enseñanzas a las particularidades locales como la caligrafía, el cuero y las manualidades y artesanías en madera. El investigador principal fue Jean Pierre Greenlaw, un apasionado de la herencia cultural sudanesa.

Mientras tanto, desde 1937 en que se funda el prestigioso centro para la formación del profesorado de Bakht al Ruda, en Ed Dueim, a orillas del Nilo Blanco, se ofrecía formación para los mismos en la enseñanza del arte, a través de distintas técnicas como las visuales o la producción de libros de texto.

Estas dos experiencias familiarizaron a Sudán con la educación secular, dando lugar a una gran conciencia acerca del potencial que tiene el arte en todas sus manifestaciones.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el Gordon College optó por separar departamentos y especializarse en lo que se llamó la Escuela de Diseño, el primer gerente fue Greenlaw y contó con ilustres sudaneses como Shafiq Shawif o el gran calígrafo Osman Waqialla.
La asociación con el Instituto Técnico de Jartum en 1951 estimuló la educación superior artística.
Al año siguiente, la Escuela de Bellas Artes y Arte Aplicado ofreció una diplomatura de tres años, que junto a las otras instituciones, se revelaron como el andamiaje crítico para el arte moderno en Sudán.

En los 50, los estudiantes más brillantes fueron a estudiar al extranjero, muchos a Londres, regresando después para dar clases en Jartum, los más conocidos -sin ánimo de exhaustividad- son los siguientes: Mohammed Abdalla, Taj Ahmad, Kamala Ishaq, El Nigoumi, Amir Nour, Ibrahim El Salahi, Ahmad Shibrain o Magdoub Rabbah. La combinación entre ellos de su excelente formación, su inspiración y su camaradería, generaron el surgimiento de una identidad artística sudanesa moderna, que congeniara la dualidad existente entre la tradición africana y la islámica. Esto se materializa por ejemplo, gracias a la especial inventiva, en la caligrafía sin utilizar el color o en el curvado de los signos ortográficos básicos hacia una imaginería expresivamente africana, la cual se desarrolló también en síntesis con otros materiales como las cerámicas de Abdalla o de El Nigoumi o la escultura de Amir Nour.
Existe un cierto debate en el mundo del arte en lo concerniente a la caligrafía sobre lienzo (Waqialla, El Salahi o Taj Ahmad), donde se ha excluido a los artistas que no seguían el llamado "estilo o canon de Jartum"

La Escuela se convirtió en universidad en 1964 con un programa de licenciatura comprendido por cuatro años de estudio. Hasta principios de los 80, mantuvo una amplia gama de producción artística y actividad crítica como la publicación de manifiestos e investigaciones sobre folclore.
En 1995 se instituyó un master universitario en arte. Aunque las posteriores generaciones se especializaron también en caligrafía, se amplió la variedad de materiales, llegando incluso a la representación con Hassan Musa.

Muchos artistas se comprometieron con el color en sus creaciones: Bushara, Diab, Musa, otros con el desarrollo de una imaginería íntima y personal (Ishaq)

En los años 70, hubo otra generación de artistas becados que se formaron en el exterior, muchos tras la licenciatura en Jartum y con posteriores estancias de investigación o prácticas. Podemos destacar artistas como Beshir "Bola“, Diab, Musa o Bushara.

El trabajo de todos ellos ha sido estimulante para otros y son una "fuerza" dentro del arte africano.



Para más información: Elisabeth Court, Sudan Contemporary Art, en Seven stories about Modern Art in Africa, Clementine Deliss. Paris, Nueva York: Flammarion 1995.

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