8/12/09

La escultura de Sami Mohammad en Kuwait

En Kuwait, el estilo moderno en pintura y escultura se ha desarrollado recientemente. Algunos señalan que se ha debido al rechazo del islam por la representación de imágenes humanas (ver al final de página "Kuwait in Pictures"). No obstante, hay un artista kuwaití vanguardista, que se ha ganado el espacio y la prominencia en el arte contemporáneo del país. Su nombre es Sami Mohammad, nacido en Al-Sawaber, distrito de Al- Sharq en 1943.


Sami, ha impactado profundamente con su obra a su pueblo y al arte árabe en general. De hecho tiene su estatua en la Plaza de Safat en la ciudad de Kuwait, como un atributo a la marina del pasado de la nación, el que fue construido en la forma de una abierta ostra con una perla dentro de la concha.

Cuando conocí la obra de Sami Mohammed, me sobrecogió de sobremanera la forma en que él vive el dolor y lo plasma, transforma y da vida mediante el bronce. Es un artista contemporáneo que ha realizado esculturas que hablan y gritan por sí mismas, y que se insertan en un mundo completamente desolado, atormentado, bajo represión y miedo. Sus personajes plasmados en bronce gritan, lloran, intentan huir, por lo que no son estáticos. El dinamismo de su obra se da en el momento en que el observador siente compasión y solidariza con los personajes de Sami, así el ser humano representado por él puede llegar a ser objeto de esperanza.

Ahora introduzcámonos en la obra del autor

"Parálisis y resistencia"

"Ellos pusieron a la gente viva en sudarios" (1984)

"El hombre atado" (1989)

"La quimera" (1978)

"La penetración" (1989)

"El hacinamiento" (1980).

"El accidente no.1 " (1978)

"El accidente" (1985)


"El hambre" (1970).

"El desafío" (1983)

"Una multitud en una salida no.1 " (1996)

"Una multitud en una salida" (1994)
"Un intento para escapar no.3" (1978)

Para ver su galería, pincha aquí

Me impacta mucho la obra de Sami, porque establece un universo en el cual coexiste la estética con el dolor, el sufrimiento humano, el tormento de la humanidad y aunque provoque compasión en los observadores, no podemos dejar de valorar la belleza del concepto dado en las formas estéticas.

¿Cómo habéis vivido la obra de Sami?



Fuente:

Davis DiPiazza, Francesca. 2007. "Kuwait in Pictures". Lerner Publications Company. Pp. 51-52.
Para verlo, pincha aquí

6 comentarios:

  1. la colección es fantástica, porque a mi modo de ver, cualquier manifestación artística que se centre en reflejar las desgracias como las alegrías de la humanidad, es diga de tener especial atención...
    el arte en definitiva es otra visión del mundo dentro de la pluralidad y un pilar de toda civilización.

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  2. Las esculturas me parecen tan brutales como geniales. Me gustan especialmente las caras y el trabajo minucioso de las manos y de todas las extremidades de los protagonistas. Muy buena recomendación Priscilla!

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  3. Me han sorprendido las esculturas, sobre todo porque perfectamente pueden representar al ser humano en cualquier parte del mundo, ¿es quizá esa universalidad un requisito del arte?

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  4. En relación con lo que apunta Mario, creo que la obra de Sami Mohammad tiene la virtud de resultar por un lado universal en cuanto a los sentimientos que plasma, pero, por otro lado, ser capaz de retrotraernos en su plasmación del dolor y la tensión al propio mundo árabe del que nace. ¿En ese dolor y en esa tensión no podrían verse reflejadas cualquiera de las personas que sufren, pongamos por caso, las guerras en Oriente Medio o la falta de libertades del mundo arabo-islámico? Creo que esa combinación entre lo universal y lo particular dota a las piezas de este artista de un innegable valor testimonial.

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  5. Coincido plenamente con vosotros. Cuando descubrí esta obra, sentí que ésta podría identificar con su universalismo a cualquier sociedad reprimida, a la tortura física y sicológica y a su particularidad por la cual fuera creada. La maravilla de esta manifestación artística estriba justamente en ello, en su pluralidad, universalismo, identificación con el sentimiento del ser humano dondequiera que esté, que se hace carne con nuestra percepción estética. Es más, cada vez que me plasmo frente al arte de Sami, las vuelvo a vivir como la primera vez que estuve frente a ellas, con la virtud de encontrar nuevos mensajes y significados, a través de los gritos silenciosos de los rostros de sus personajes.

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  6. Revisando la página de este artista, sus esculturas me recuerdan al cementerio de Père Lachaise en Paris, es esa maravillosa combinación de belleza y dolor.

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