8/12/09

La imagen en Arabia Saudí, entre la prohibición y los intentos de ruptura

Si algo nos llama la atención en Arabia Saudí a los occidentales que vivimos en la era de la imagen y las casi nulas restricciones que se plantean para su exhibición es, precisamente, la gran cantidad de prohibiciones que la comunicación visual tiene en este país. Todo aquello considerado atentatorio contra el Islam o las rígidas normas sociales imperantes no puede ser mostrado públicamente en anuncios callejeros, televisión o revisitas. Pero al mismo tiempo, el desarrollo de nuevos canales de comunicación, entre los que Internet juega un papel fundamental, están posibilitando la ruptura de ese férreo control. No es sino una más de las contradicciones culturales de un país que parecer ser justamente eso en sí mismo, una enorme (y fascinante a la vez) contradicción:

En los anuncios saudíes, hasta mostrar el rostro de las personas que en ellos aparecen es problemático, puesto que se asocia, inevitablemente, con el riesgo de idolatría. La solución es por lo general bastante burda, y consiste en pixelar los ojos o incluso cubrirlos por completo. Tenemos un ejemplo en el siguiente anuncio de la conocida marca de patatas fritas Pringles:


Anuncio que, por cierto, nos conduce inevitablemente a plantearnos por qué se pixelan esos ojos por considerarlos contrarios al Islam pero, sin embargo, se fomenta a través de tal publicidad el consumo de un producto que, lejos de ser de primera necesidad, parece relacionarse más con el consumismo occidental que con la austeridad que pretende preconizar el régimen saudí.

Un ejemplo más de contradicción es la portada de revista que os presento a continuación. Hay que partir de que en Arabia Saudí, las imágenes de mujeres no están permitidas en carteles o anuncios exteriores. Si se representan en las páginas interiores, tienen que estar siempre vestidas de manera adecuada. Pero en el ejemplo que nos ocupa nos encontramos ante un magazine importado de Occidente. En estos casos, la imagen se censura cubriendo aquellas partes del cuerpo femenino que no casen con los estandards saudíes, ya sea simplemente marcando su piel con un bolígrafo negro ya, de manera más sofisticada, añadiendo más ropa digitalmente, como en esta ocasión.

Viendo las dos portadas se plantean inevitablemente una serie de cuestiones: se cubren ciertas partes del cuerpo, pero ¿qué hay de la postura corporal, de la expresión del rostro? ¿No podrían llegar a plantear también ciertos choques con la interpretación rígida del Islam de Arabia Saudí? Y como en el caso de la imagen de las Pringles, ¿por qué se rechaza la imagen occidental de la mujer pero no el mundo de consumo que plantea la revista en la que ella aparece? Y todo esto conduce a la que quizás sea la pregunta más relevante: ¿no estamos en ambos casos ante ejemplos de censura "superficial" contra elementos, en el fondo, secundarios, mientras que se deja pasar toda la carga de significaciones que implican el consumismo y, en general, el estilo de vida occidental? ¿No pueden llegar a trastocar mucho más los principios saudíes esos elementos que el mostrar los ojos o el cuerpo de una mujer?

Sin embargo, algo ha cambiado en los últimos tiempos, también en el ámbito visual. Hasta hace veinte años, Arabia Saudí estaba casi aislada por completo del mundo, y las autoridades ejercían un férreo control religioso sobre los medios de comunicación. Hoy, Internet, la televisión por satélite y la posibilidad de estudiar en el extranjero suponen nuevos desafíos para la censura, sobre todo entre los jóvenes. Si bien las leyes acerca de la comunicación visual fueron todavía desarrolladas por la generación anterior, mucho más conservadora, la aparición de una juventud globalmente informada y visualmente más abierta plantea la necesidad de un diálogo con otras opciones visuales y la posibilidad de reinterpretar esas influencias en el marco de la cultura y sociedad propias.

Buena muestra de ello es este último ejemplo de cartel que os dejo, del estudio con base en Riad (la que en otro post llamamos "la ciudad de las contradicciones") Zoom Creative: en un país en que las autoridades pixelan o borran los ojos de sus modelos mientras dejan en ocasiones el resto de sus cuerpos "indemnes", Zoom Creative apuesta por lo contrario, por abrir los ojos de una mujer al mundo y demostrar cómo los resultados son artísticamente evocadores:


9 comentarios:

  1. Es muy interesante observar el qué se censura en Arabia Saudí, por qué y qué baremo se sigue para ello. Como ya bien dices en la entrada, Arabia Saudí no puede vivir ajeno al mundo exterior, de manera que la publicidad occidental de productos extranjeros, los medios de comunicación actuales y las nuevas tecnologías dificultan el control y la censura. En un mundo en el que la globalización está en el orden del día es imposible vivir ajeno del mundo exterior. Con respecto a las conradicciones en este país, yo lo definiría simplemente como hipocresía.

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  2. Sí, como bien dices, Patricia, seguramente el fondo de esas aparentes contradicciones sea la hipocresía: queremos tomar aquello de Occidente que nos beneficia, como pueden ser los productos más novedosos, pero al mismo tiempo, necesitamos mantener un discurso tradicional que no suponga ninguna ruptura y que, en última instancia, ayude a las élites a seguir manteniéndose en el poder como guardianas de esa supuesta "esencia saudí". En todo caso, no sé hasta qué punto se puede mantener esa situación anómala de convivencia o, por el contrario, las fisuras en el entramado tradicionalista serán cada vez mayores. La globalización e Internet como uno de sus máximos puntales por fuerza tienen que hacer mella en discursos aparentemente monolíticos como el de las élites saudíes y acabar por poner de manifiesto sus contradicciones entre una parte cada vez más amplia de la población.

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  3. Hola!
    ¿No creéis que -tal como la cita Patricia- esta "hipocresía" tenga fecha de caducidad? Quizás soy optimista pero creo que estas prohibiciones van a caer por su propio peso en un máximo de diez años. No se puede vivir de espaldas al progreso e ignorar todo lo que este conlleva.

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  4. De todo lo lído me surgen varias reflexiones, ¿se pixelan también los ojos del rey en los retratos donde aparece, o eso no se ocnsidera idolatría?
    Y puntualicemos, al hablar de globalización, os referís a la globalización capitalista ¿no?
    En ese caso, no veo contradicción alguna entre el pixelado de los ojos del anuncio y el hecho de que anuncien unas pringles, en Arabia rige un sistema capitalista incontestado, del cual se benefician la monarquía y al cual rinde pleitesía, pues es el que le permite mantener su situación e instrumentalizar la religión, es parte del juego económico, marketing si queréis. Por tanto podemos llamarlo hipocresía, pero para mi tiene lógica, lo importante es que se vean las pringles, porque quieren venderlas, e resto es secundario.

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  5. No hay que olvidar que Arabia Saudí sigue una de las doctrinas islámicas mas radicales y mas complejas "la doctrina Wahabite".
    Es un país que vive en total contradicción, contradicción en todos los hábitos, entre el moderno y lo tradicional, lo prohibido y lo permitido, lo que se hace y lo que se impide... La gente es sin duda una de las mas hipócritas del mundo. Las mujeres no tienen casi ningún derecho ( una mujer no puede eligir a su marido, no puede viajar sin la autorización de su padre o de su marido,tampoco tiene el derecho de conducir un coche...). Los Varones "en nombre de la religión" impiden distintas cosas a las mujeres, no se juntan con ellas en los cafés,las bodas, piden hasta sonreír al tomar una foto...Pero en la practica, hacen todo lo que "la religión musulmana y el Coran" piden ( Beber alcohol, maltratar a las mujeres, tener relaciones extra-matrimoniales, tener relaciones sexuales con gente del mismo sexo...)
    Como ha dicho Patricia, es la hipocresía pura y dura. Parecen tener una de-doblemente de la personalidad. :-)

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  6. Respecto a lo que apunta Olga, considero que la "hipocresía" saudí a la que hacía mención Patricia no tiene por qué desaparecer necesariamente ante el peso del "progreso". Como señalé en mi comentario anterior, obviamente los cambios que se están produciendo en el país hacen mella en los discursos más tradicionales, pero no podemos olvidar que ese progreso es en muchos casos más superficial que real. Afecta, por ejemplo, al campo económico, pero en lo que se refiere al ámbito social y de las mentalidades los pasos en el caso saudí son mucho más tímidos. Además, como señala Sarra, la gran fuerza del wahabismo y la defensa de la religión por parte de las élites gobernantes limita todavía más las posibilidades de realizar cambios de gran envergadura. En este sentido, y vista la reivindicación de lo tradicional que se está experimentando en ámbitos como el artístico, quizás habría que formular la pregunta a la inversa, y cuestionarse si el peso del "progreso" no provocará una vuelta a las raíces más tradicionales. La cuestión es muy compleja, pero en todo caso, y en relación con lo que comentaba Olga, diez años me parece un plazo de tiempo muy corto para contemplar un cambio en las estructuras más conservadoras del país.

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  7. Carmen, vinculo tu entrada con la Kuwait respecto a la censura, http://maic-cultura.blogspot.com/2009/12/puedo-ver-eso-la-censura-en-kuwait.html, tocamos el mismo tema desde distinto punto de vista y me parece muy productivo.

    Ahora bien y entrando a tu tema, la contradicción la percibo y la veo con creces en: por un lado prohibir la comunicación visual vs entregarlo todo. Hay mucho de esto último en occidente que me desagrada por completo, porque me siento obligada a ver aquello que no quiero ver. ¿Acaso debo cubrirme los ojos con las manos? Pero entrando a tu argumento, considero que el exceso de comunicación visual, a lo que yo llamo “contaminación visual”, está directamente asociado con el consumo. La oferta y la demanda lleva a esta dualidad de no restringir nada porque es parte de una estrategia de marketing que entra por ‘osmosis’ y que te instiga a comprar tal o cual producto. Ahora bien, comprendo la contradicción de la política de censura de la que hablas, creo que para los saudíes (quienes toman las decisiones) es más importante no idolatrar a quienes aparecen en la publicidad que al producto mismo, porque el consumismo es claramente una adoración al consumo, al ‘cosismo’ que cubre o satisface a quienes se sienten vacíos por dentro. Esto también puede ir contra el Islam, por ello comprendo la contradicción que mencionas.

    Me parecen afortunadamente acertadas tus preguntas de: ¿no estamos en ambos casos ante ejemplos de censura "superficial" contra elementos, en el fondo, secundarios, mientras que se deja pasar toda la carga de significaciones que implican el consumismo y, en general, el estilo de vida occidental? ¿No pueden llegar a trastocar mucho más los principios saudíes esos elementos que el mostrar los ojos o el cuerpo de una mujer? La carga de significaciones que no se están filtrando pueden llegar a tener un fuerte impacto en la sociedad de Arabia Saudí, traducida en la poca práctica de los principios o valores que entrega el Islam. No obstante, creo que el tema de filtrar los cuerpos de la imagen de la mujer va un poco relacionado a evitar que ellas imiten el modelo que occidente está ofreciendo, porque es un arma de doble filo tanto para la imagen que se promueve de la mujer, así como de una forma de evitar que la mujer se empodere, a través, de las armas de la belleza de occidente: elementos distractivos de la Fe del Islam y posible idolatría de la misma.

    Finalmente, quisiera decir primero, que concuerdo con Mario, hay lógica en el accionar de Arabía Saudí con sus políticas de censura, no es una mera hipocresía, tampoco pienso en hacer juicios de valor respecto a este país o a su cultura porque en ello todas las naciones del mundo se van al suelo. Segundo, me asusta cuando se habla de progreso sin definirlo, porque de seguro cada uno de nosotros entenderá algo distinto de ello y estaremos discutiendo finalmente una ensalada de cosas sin hilo conductor. ¿Qué sería progreso para los saudíes en cuanto a la censura? ¿permitirlo todo en la web? Prefiero pensar en la entrega de valores y convicciones con una fuerte educación en los derechos y deberes del hombre y en el libre albedrío responsable, que no atente al tuyo, por eso me apunto a la educación como progreso paso a paso y sostenible. Tercero, Sarra tú dices “pero en la práctica, hacen todo lo que ‘la religión musulmana y el Coran’ piden (Beber alcohol, maltratar a las mujeres, tener relaciones extra-matrimoniales, tener relaciones sexuales con gente del mismo sexo...)”, te aseguro que la religión musulmana, el Islam que se sustenta en el Corán NO pide aquello que has enumerado. No confundamos las cosas, creo que lo que mencionas se refiere más bien al impacto de la ley islámica o musulmana de distintos países, la Sharía que ya pertenece a la jurisdicción interna de cada Estado.

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  8. Hola Priscilla:

    Creo que Sarra se ha explicado mal y quería decir todo lo contrario. Creo que quiere decir que los saudíes se hacen ver como los más religiosos pero, en la práctica, actúan en contra de lo que dice el islam. Por esta razón, me reafirmo en el concepto de hipocresía.

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  9. Exactamente Patricia, Muchas gracias por las aclaraciones , eso exactamente lo que quería decir (he olvidado el NO), ya que el Coran Prohíbe todo esto "Beber alcohol, maltratar a las mujeres, tener relaciones extra-matrimoniales, tener relaciones sexuales con gente del mismo sexo...)”. Pero en la practica Los saudíes hacen todo el contrario.
    Prisilia tienes que saber que lo que dicta el Coran y la religión musulmana e incluso la Sharía son la misma conducta a seguir en cualquier país y por cualquiera persona musulmana y que nada y nadie pueden cambiar esto.Prohíben y permiten las mismas cosas sobre todo el los rasgos y puntos mas importantes como(Beber alcohol, maltratar a las mujeres, tener relaciones extra-matrimoniales, tener relaciones sexuales con gente del mismo sexo...)” Pues, tu no tienes que confundir los fundamentos del coran, ya que NO CAMBIAN POR NINGÚN IMPACTO TAMPOCO NINGUNA SHARIA..

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