6/12/09

Riad, la ciudad de las contradicciones


Toda Arabia Saudí, como se ha podido comprobar a lo largo de los posts de este blog, es en sí un auténtico reino de contradicciones. Y si hubiese que mostrarlas en una sola localidad, esa bien podría ser su propia capital, Riad. Se trata de la tarjeta de presentación para los visitantes que llegan al país y, como la definiera Ángeles Espinosa en su obra El reino del desierto, emerge "como un paraíso de arquitectos", en el que las amplias avenidas, los espectaculares rascacielos y el trazado moderno contrastan vivamente con su cada vez más reducida zona antigua y, sobre todo, con las casas de adobe y calles de tierra que, por ejemplo, se encuentran sólo veinte kilómetros al este, en Daraiya. Hoy conoceremos un poco más sobre la capital de un país para comprobar cómo, en sí misma, reúne buena parte de los desafíos y ambiciones de todo el Estado saudí:


Riad, además de la capital, es la ciudad más grande de Arabia Saudí, ubicada en la región del Nejd. En ella se concentran en torno a cinco millones de habitantes, lo que supone más o menos un 20% de la población total del país. Situada en una gran meseta rodeada de desierto está, sin embargo, lejos de ser una ciudad aislada o carente de actividad: en sus calles se cruzan personas llegadas de África, Asia, Europa y Oriente Medio, que suponen casi el 40% de la población de la ciudad, dividida en 15 municipios más el Barrio Diplomático. Entre los distritos de Riad destacan Olaya, centro comercial y residencial con numerosos locales de entretenimiento, compras y restaurantes (el Kingdom Centre, Al Faisalayah y la calle Al-Tahlya son los lugares más populares de esta zona) y el Barrio Dipolomático (lugar de residencia de las embajadas y organizaciones internacionales y una de las zonas verdes de Riad). El Barrio Diplomático destaca además por ser considerado todo un modelo para el resto de ciudades islámicas del mundo, gracias a su refinada arquitectura.


Al-Bathaa o Al-Dirah es el centro de Riad y su casco antiguo, cada vez más reducido ante el empuje de las vanguardistas construcciones que dominan la ciudad. No obstante, es preciso destacarlo porque en su corazón se ubica una de las principales atracciones de la ciudad, la fortaleza de Al Masmaj. Al oeste están los Museos de Historia y Arqueología de Riad y el Palacio de Murabba, antigua residencia del primer rey saudí Ibn Saud, ahora convertido en museo.


Contrasta vivamente con este barrio histórico el rascacielos más alto de Arabia Saudí y uno de los edificios emblemáticos de Riad: el Kingdom Centre. Su torre acoge la mezquita más alta del mundo y, como una muestra más del poder de la familia real saudí, el edificio es propiedad de uno de sus príncipes, Al-Waleed bin Talal. Su diseño y funcionalidad le valieron obtener en 2002 el premio Emporis Skyscraper Award al "mejor nuevo rascacielos". La apertura que corona el edificio se ilumina cada noche con distintos colores, ofreciendo una original estampa.


Y si el Kingdom Centre es hoy la referencia en altura de Riad, el primero que abrió el camino como rascacielos pionero en Arabia Saudí fue la Torre Al Faisaliyah. Sigue siendo el segundo edificio más alto del país tras el Kingdom Centre, y es característico el balón de oro que se encuentra en la cima de su torre. Dentro de la bola hay un restaurante, e inmediatamente debajo de él hay un centro comercial con las marcas más importantes del mundo.


Riad es un vivo ejemplo de lo que el periodista iraní Amir Taheri señalaba para toda Arabia Saudí en su artículo "¿Por qué este repentino interés en Arabia Saudí?" (Asharq al Awsat, 29 de noviembre de 2004): "Un libro realmente útil sobre Arabia Saudí no debe dedicar más de una quinta parte a la historia, porque Arabia Saudí está cambiando a un ritmo mucho más rápido de lo que se está escribiendo sobre ella". La transformación vertiginosa de Riad así lo atestigua.

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