Si bien Luz ya incluyó hace tiempo un post sobre la tumba de Arafat, quería ampliar un poco la información sobre su simbología para poder compararla con las de otros grandes líderes políticos árabes que también se han incluido en el blog. Creo que son monumentos que, a través de sus formas y contenidos, pueden expresar mensajes muy potentes sobre la personalidad del líder fallecido, su legado político o –especialmente- la intencionalidad de sus sucesores en el poder.
La primera fase del mausoleo de Arafat fue inaugurada por Mahmud Abás en el tercer aniversario de su muerte, acaecida el 11 de noviembre de 2004. Al acto acudieron en su día dirigentes políticos y religiosos palestinos y como representantes de otros países, pero, significativamente, ningún miembro de Hamás. El mausoleo consiste en un gran cubo de 11 metros por 11 metros (señalando con estas medidas el día de su muerte) con cuatro gigantescos ventanales de cristal y una lápida. A su alrededor hay un estanque y un jardín con 25 tipos de flores, así como una mezquita cuyo minarete, de treinta metros de altura, proyecta por la noche un rayo en dirección a Jerusalén. ¿Por qué hacia Jerusalén? Aunque murió en París, Arafat deseaba ser enterrado en Jerusalén, la ciudad que él y muchos palestinos hoy día consideran que debería ser capital del Estado palestino. Más símbolos: el monumento está construido sobre un manantial, lo cual manifiesta su carácter temporal, pues es en Jerusalén donde sus sucesores quieren que sea enterrado “tras la liberación de Palestina”.
El diseño sobrio del monumento, hecho en piedra de color pálido y adornado tan sólo con versos coránicos en árabe, pretende simbolizar el estilo de vida espartano y el sacrificio personal de Arafat por la causa palestina. Pero “espartano” no es el presupuesto destinado a este proyecto conmemorativo del carismático líder palestino, valorado en 1,75 millones de dólares (¿de dónde salen?, me pregunto), en el cual han participado nada menos que 12.840 obreros, delineantes y arquitectos palestinos. La caligrafía árabe y los versos del Corán, por otro lado, nos identifican la causa palestina de Arafat como árabe-islámica (a pesar de que que Al-Fatah es en teoría, y a diferencia de Hamás, laico).
Según el arquitecto del mausoleo, Muhamad Ashteia, la segunda fase comprenderá un museo en el cual se expondrán objetos del líder, así como documentos y noticias relacionados con él.
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