21/11/09
Shibam, Manhattan del desierto
Los yemenís inventaron los rascacielos hace siglos y prueba de ello es la ciudad de Shibam.
El valle de Hadramawt, ubicado en el extremo más meridional de la península arábiga, bordea el bíblico mar Rojo y fue por siglos el eje de la llamada Ruta del Incienso.En su centro exacto está Shibam, una de las ciudades más curiosas que existen, creada según los historiadores alrededor del siglo II a.C. Pero lo singular de la antigua Shibam son sus edificios, que se construyeron con ladrillos de adobe hace por lo menos 500 años, cuando en ningún otro lugar del mundo se levantaban viviendas comunes de siete u ocho pisos, y mucho menos de adobe. Por eso se los considera los primeros rascacielos de la historia, aunque aquellos llegados hasta nuestros días tienen entre 100 y 200 años, salvo la casa de Jarhum, que supera los cuatro siglos.
La mayoría de los edificios fueron reconstruidos sobre los cimientos originales de piedra, que pueden llegar a tener mil años de antigüedad. En total hay 500 de entre cinco y seis pisos, y unos pocos que llegan hasta el octavo. Además hay ocho mezquitas. El templo más grande de Shibam es la Mezquita del Viernes, ubicada en el corazón de la ciudad, rodeada por rascacielos de adobe. También se la llama la Gran Mezquita, y fue construida originalmente en 753, aunque la mayor parte del edificio actual data del siglo XIV.
Los edificios de Shibam suelen tener una base con gruesas paredes de hasta un metro de ancho que se angostan hasta los 30 centímetros en los pisos superiores, los cuales se van agregando como si se sumaran cuartos a una casa en la parte de atrás. La planta baja se usa a veces como almacén y el primer piso suele ser el establo de unos pocos animales. Hacia arriba ya comienza la demarcación física que separa los mundos de los hombres y las mujeres. El segundo piso es el espacio de estar principal para los hombres y el tercero es donde habitualmente pasan el día las mujeres de la familia (allí está la cocina). En los tercero y cuarto pisos están las habitaciones, donde suele haber también un pasadizo que conecta con la casa del vecino. De esta forma las mujeres visitan a sus amigas de la casa de al lado, sin necesidad de salir a la calle. El promedio de pisos en la ciudad es de cinco, pero en aquellos edificios que llegan hasta ocho los últimos también corresponden a las habitaciones. E incluso la terraza, en los días de mucho calor, se utiliza para dormir. Por último, existe un necesario y estricto código de conducta para evitar que los vecinos se espíen unos a otros desde las terrazas y ventanas.
Este conjunto, que la Unesco considera "el ejemplo más antiguo y mejor conservado de planificación urbana basado en el principio de construcción vertical", tuvo en su concepción una intención defensiva. Los arquitectos yemeníes de la época buscaban edificaciones que permitieran hacer frente a los ataques beduinos. No podían contar con la protección de las montañas porque para acceder al agua tenían que instalarse junto a los cauces de los ríos estacionales que regaban el valle. Así que concentraban a la población en el menor espacio posible dentro de una estructura compacta. La muralla, reconstruida como el resto en el siglo XVI, rodea la aglomeración urbana que se apiña sobre una pequeña colina. Luego, una vez atravesada la Gran Puerta de entrada,un laberinto de callejuelas serpentea alrededor de los edificios. Es una concepción urbanística que recuerda a la ciudad musulmana. Sólo que Shibam, la Shibam del Hadramaut (porque hay otras Shibam en Yemen), se levantó varios siglos antes de la aparición del islam.
Las murallas de Shibam no pudieron impedir que el paso del tiempo erosionara los edificios de adobe. Pero al menos a partir de 1982 –cuando fue declarada Patrimonio de la Humanidad– la ciudad dejó de envejecer. Varios millones de dólares sirvieron para apuntalar los edificios más afectados, pero también para mejorar la calidad de vida de sus habitantes bajo la premisa de que Shibam se iba a preservar en la medida en que su población se comprometiera con la tarea. Al tratarse de una ciudad habitada y no una ruina arqueológica, el trabajo de preservarla se tornó complicado. Pero se garantizó el flujo de agua potable, cloacas y electricidad, y un grupo de arquitectos especializados en técnicas con barro asesoraron a los habitantes y mejoraron los cimientos de los edificios. Muchos fueron cubiertos con una capa de cal y reciben un mantenimiento constante, así que ahora, en cada atardecer, parte de la Manhattan del desierto brilla con un blanco radiante y otra mantiene el color naranja cálido que se mimetiza con la tierra y la arena del desierto.
La Rehabilitación de la Ciudad de Shibam es parte de un proyecto que se centra en la preservación de este lugar único como una comunidad viva, con la restauración arquitectónica integrada en la creación de nuevas estructuras económicas y sociales. Este proyecto recibió el Premio Aga Khan de Arquitectura 2007.
Yemen hasta el fin de la I Guerra Mundial
Yemen, el "Arabia Felix" de la antiguedad,ya es mencionado por el geógrafo griego Claudio Ptolomeo, quien se refirió a Yemen en sus textos como Eudaimon Arabia.A lo largo de las rutas comerciales varios estados florecieron y sucesivamente entraron en decadencia.Entre el siglo XII a. C. y el siglo VI d.C., la zona fue dominada por tres civilizaciones sucesivas, que controlaron el lucrativo tráfico de especias: los mineos, los sabeos y los himyaritas.
Los mineos perduraron hasta el año 650 a.c. dando paso al más poderoso de los tres imperios, el de Saba,que perduró unos catorce siglos desde el año 1000 a.C., y basó su enorme riqueza agrícola en el famoso dique de Ma'rib. Cuando en el siglo I d.C., griegos y romanos descubrieron que desde este territorio se podía llegar a India por mar, los puertos yemeníes se enriquecieron, eclipsando las poblaciones que habían crecido al amparo de las rutas comerciales terrestres. En el año 395, el emperador romano Teodosio implantó el cristianismo como nueva religión de estado, finalizando así la demanda de incienso, y llevó al reino de Saba a un declive irreversible. En 575, los persas conquistaron estas tierras y se convirtieron en señores absolutos de la zona.
El reino de Saba, cuya capital se cree que fue Ma'rib, alcanzó un gran poderío por su situación estratégica, entre la India y el Mediterráneo, lo que le permitió monopolizar el tráfico de especias. Según el Antiguo Testamento, Salomón, Rey de Israel, recibió en el siglo X a. C. la visita de la opulenta Reina de Saba; el esplendor de su séquito puede ser un eco de la fascinación que las riquezas del reino sabeo produjeron en la época. Hacia el siglo VIII a. C. fue construido un dique de grandes dimensiones, del que aún existen vestigios, para mejorar los regadíos. Parece ser que estuvo en funcionamiento hasta el año 570 d. C., es decir, durante más de un milenio. Todavía pueden verse los restos de un gran templo en Ma'rib, que permaneció en pie durante casi catorce siglos.
A partir del siglo III d. C., el reino de Saba pasa a ser dominado por una nueva dinastía, la himyarita, por lo que en adelante se habla del Reino de Himyar. La capital del nuevo reino fue trasladada en el siglo V a Dhafar (ahora un pequeño pueblo, en la región de Ibb). También comerciantes, los himyaritas fueron sin embargo culturalmente inferiores a los sabeos. Compartieron alternamente el control del estrecho Bab al Mandab, y por lo tanto del comercio marítimo a través del Mar Rojo, con el Imperio Abisínico de Saba del lado Africano.Dhu Nuwas, Rey de Himyar, adoptó el judaísmo como religión del estado, y persiguió a los cristianos, lo que ocasionó una guerra con el cristiano reino de Aksum, en la actual Etiopía. Himyar fue invadido y conquistado por Aksum en el año 533. Cuarenta años después (572), el reino fue anexionado por la Persia sasánida.
El Islam llegó a Yemen alrededor del año 630, en vida del profeta Mahoma. Tras la conversión del gobernador persa, Badhan, muchos de los jeques y sus tribus abrazaron también el Islam. A partir de entonces, Yemen pasó a formar parte del califato árabe, de los que no era más que una provincia remota. Durante el siglo VIII, gobernando en Bagdad la dinastía abásida, comienzan a aparecer en Yemen pequeños estados independientes de facto. En la zona costera comienza en el año 819 el dominio de la dinastía zayidita o zayidí, de obediencia chiíta, la cual estableció una estructura política teocrática que, con diferentes vicisitudes, ha durado hasta nuestros días. En 1021 los zayiditas son reemplazados por otra dinastía local, los banu Nagagh; y en 1159 estos últimos son a su vez sustituidos por los mahditas.
Los califas sunníes de Egipto ocuparon gran parte del norte de Yemen durante el siglo XI, pero el poder local fue ejercido por dinastías yemeníes. En 1173 los ayyubitas egipcios conquistan todo el territorio de Yemen, pero su poder se debilita hacia 1250, con la aparición de nuevos estados locales, regidos por dinastías como la rassulita (hasta 1442) y la tahirita (hasta 1516). A finales del siglo XV hacen su aparición los portugueses, que envían varias expediciones para anexarse el estrecho de Bab-el-Mandeb y hacerse así con el control del tráfico de especias. En 1517 logran finalmente apoderarse de Adén, que seguirá en su poder hasta 1538. En 1517 la mayor parte del territorio de Yemen se convirtió nominalmente en parte del Imperio Otomano, aunque el poder real siguió en manos de los imames zayiditas. En 1538 el sultán otomano Solimán el Magnífico arrebató el puerto de Adén a los portugueses.
En 1635, los zaidíes expulsaron a los turcos, pero en 1839 los británicos ocuparon Adén y lo convirtieron en protectorado, extendiendo posteriormente su dominio hacia el Sur. Los otomanos regresaron en 1849, y conquistaron el noroeste de la nación. Los jeques locales se negaron a doblegarse ante la autoridad extranjera, y después de varias décadas de insurrección, los turcos, cuyo imperio se desintegró después de la I Guerra Mundial, dejaron el país en manos de un nuevo rey, el imán Yahya,aunque los británicos mantuvieron su protectorado.
The British-Yemeni Society
Cine comprometido en Argelia
Argelia es muy conocida por su cine comprometido de la época de la guerra de liberación y la independencia.
Desde sus raíces en el maquis, el cine se puso al servicio de la independencia. Se rodaron películas y documentales que se sacaron del país en secreto. El tema de la guerra dominaría el cine durante en la fase inicial de la independencia, con películas como Vent des Aurès (1967), Chronique des années de braise (1975) y L'opium et le bâton (1965).
La película más famosa de este género es La Batalla de Argel (1966), del director italiano Gillo Pontecorvo. Ambientada en la campaña de terror del FLN en Argel (1956-57) y la represión francesa. Yacef Saadi, jefe militar del FLN en Argel, hace de él mismo. Destaca el papel de las mujeres durante la lucha anticolonial. Su rodaje coincidió con el golpe de estado de Houari Boumediène e inicialmente los habitantes de Argel pensaron que los tanques en la calle estaban para el rodaje.
Otros temas sociales aparecieron tras la independencia: la vida rural en Beni Hendel (1972); la condición de los emigrados en Ali dans le pays des mirages (1986); la emancipación de la mujer en Leila et les autres (1977). La vida de los jóvenes ha sido otro gran tema, sobre todo en la obra de Merzak Allouache con Omar Gatlato (1976) y Bab el-Oued City (1994).
Badr Shakir Al Sayyab, poema desde el exilio.
Son muchos los poetas iraquíes que escriben desde el exilio, uno de ellos es Badr Shakir Al Sayyab (1926-1964). Este poeta pertenece a una generación de intelectuales activamente comprometida con la realidad de su país. Al plasmar los problemas de la nueva sociedad, estos poetas toman conciencia del gran freno expresivo que supone la tradicional estructura de la poesía árabe, la casida. Los poetas vieron cómo la casida limitaba su expresión. Sus experimentos en forma y su ampliación temática fueron muy valiosos para que surgiera y se asentara el movimiento del Verso Libre.
La publicación de su primer libro de poemas Flores marchitas (1947) muestra a un romántico de ideología revolucionaria marxista, línea mantenida en Leyendas (1950). Debido a motivos políticos se ve obligado a abandonar Iraq, primero hacia Irán y después a Kuwait, en un exilio que lo induce a meditar su ideología y postura comunista y le inspira varios de sus poemas. En 1960 se publica su tercer poemario El canto de la lluvia donde se recopilan sus poemas escritos desde 1952 y representa lo mejor de su labor poética. Sus últimos poemarios El templo sumergido (1962) y La casa de los esclavos (1963) son testigos de su lenta agonía, de sus dudas ante la muerte, de su incertidumbre hacia la vida. El mismo día de su entierro se publica Las celosías de la hija del marqués, donde plasma con escalofriante intensidad su terror, su vacío y su angustia.
El siguiente fragmento corresponde a «Extraño en el Golfo» de El canto de la lluvia, la traducción es de Luis Miguel Pérez Cañada.
صوت تفجر في قرارة نفسي الثكلى: عراق،
كالمد يصعد، كالسحابة، كالدموع إلى العيون
الريح تصرخ بي: عراق
والموج يعول بي: عراق، عراق، ليس سوى عراق
البحر أوسع ما يكون وأنت أبعد ما يكون
والبحر دونك يا عراق
Una voz estalla en el fondo de mi alma asolada: “Iraq”.
Asciende como la marea, como las nubes, como las lágrimas a los ojos.
El viento me grita: “Iraq”.
Y las olas ante mí se duelen: “¡Iraq, Iraq, sólo Iraq!”
El mar es lo más vasto que existe y tú lo más lejano.
El mar sin ti, Iraq.