La futura Gran Mezquita de Argel
El proyecto de la Gran Mezquita de Argel ha estado en el tintero desde hace una veintena de años, pero parece que muy pronto verá la luz del día. Se inserta dentro de un gran programa de renovación de las infraestructuras urbanas de la capital que incluyen el metro, un tranvía, varios autopistas de circunvalación, centros comerciales, líneas de cercanías, dos balnearios residenciales y nuevas poblaciones como Sidi Abdellah, que acogerá 20.000 viviendas y un parque de investigación y tecnología. Detrás de estos proyectos se percibe el deseo de enviar una clara señal de que Argelia ha salido del abismo de los años 1990 y una apuesta para el papel de primera ciudad de la región.
El proyecto de la Gran Mezquita fue adjudicado a una empresa canadiense en 2007 y debería estar listo en 2013. La fecha de entrega no es ninguna casualidad, ya que coincidiría con el final del tercer mandato de Abdelaziz Bouteflika y la campaña para las presidenciales para su posible – y muy polémico – cuarto mandato.
Como toda obra faraónica, las proporciones del proyecto son impresionantes. Será la tercera mezquita más grande tras las de Medina y Meca y podrá acoger a 120.000 fieles. El minarete, sin embargo, será el más alto del mundo con 300 metros. Además de la zona de rezo, el proyecto cuenta con un instituto islámico, biblioteca, anfiteatro y salas de seminarios. Costará alrededor de mil millones de euros.
Según el Ministro de Asuntos Religiosos y Awqaf, Abdallah Ghlamallah, la mezquita será “el símbolo de Argelia y de su identidad. No es que nos falten mezquitas, pero este símbolo nos distingue de otras naciones.”
Podéis leer un artículo publicado en el diario argelino El Watan en noviembre de 2007, que hace el palmarés de mezquitas faraónicas del mundo musulmán y se muestra muy crítico con el proyecto, preguntando si el dinero no estaría mejor empleado en otros menesteres más acuciantes.
Estos proyectos megalómanos me recuerdan a los que se llevan a cabo en Arabia Saudí, en el sentido de que intentan deslumbrar mediante aparatosos artificios arquitectónicos o simbólicos para plasmar un supuesto cambio que quizás es más superficial que real. En el caso de Arabia Saudí, la modernización aparente no se ha correspondido con un cambio en las estructuras arcaicas subyacentes en la sociedad. No sé si es también el caso de Argelia o si en este país, la modernización urbana viene acompañada de otra más profunda.
ResponderEliminarDepende lo que se quiere decir con la modernización de la sociedad. Argelia ha tenido, desde hace mucho tiempo ya, una multitud de voces que han clamado por una sociedad igualitaria y democrática. Desde los orígenes del nacionalismo y grandes figuras como Ferhat Abbas al presente, con figuras de la lucha de liberación nacional como Djamila Bouhired, actualmente en huelga de hambre para defender el sistema de salud público y la gratuidad de los medicamentos. Sin embargo, en cuanto a estructuas políticas, el protagonismo del clientelismo y el peso del ejército sigue siendo aplastante. A pesar de hecho, la libertad de la prensa es mucho mayor que en los países del Machreq (aunque no es de recomendar que un periódico llame a Bouteflika bajito...)
ResponderEliminarEs una vergüenza que se gasten mil millones de euros en una mezquita además con el pretexto de la imagen exterior y del faraonismo. Cosas parecidas las hemos visto antes, como el derroche de la mezquita Hassan II o la Catedral de Cristal de Orange County, LA. Ojalá Buteflika se preocupara más de que Argelia fuera conocida por otras cosas más que por una mezquita. Este tipo de proyectos me recuerdan -salvando las distancias- a la tendencia propagandísta de la europa fascista del siglo XX,de las grandes obras y los golpes de efecto que con grandes infraestructuras y proyectos megalómanos servían mucho a la legitimación del Estado y a la creación de conciencia nacional-socialista.
ResponderEliminarLo que yo veo en esta construcción, a parte de recordarme al Escorial, es que el acento se pone en la religiosidad, pues se pretende demostrar que no sólo cumplen escrupolosamente los preceptos religios, sino que además y teniendo como eje el riguroso cumplimiento del islam se moderniza el país, para así demostrar a toda la comunidad islámica y el resto del mundo que este país no se ha quedado estancado en el tiempo.
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